Queridos compañeros y amigos de la Familia Salesiana:
Desde mi nacimiento estuve ligado al Colegio Salesiano. Nací
precisamente en la calle Obispo Pozuelo, 2. Actualmente se llama Plaza de PP.
Salesianos. Justo en la casa arriba de la actual panadería Olmo.
El ir a venir a casa de los miembros de la Comunidad
Salesiana era muy frecuente. Recuerdo el día de San Francisco, mi padre
se llamaba Francisco y ellos venían para felicitarlo. Se reunían en el cuerpo
segundo de la casa, entrando a la izquierda, donde mi padre les invitaba.
Recuerdo la sonrisa de D. Luis Hernández Ledesma, que creo que le pusieron su
nombre a un colegio público en Morón de la Frontera. Muy querido en nuestra
casa.
También era frecuente, ya en el patio, la visita a casa el
día de María Auxiliadora, después de la procesión. Unas cervecitas y una
rica tertulia. Yo recuerdo, que, junto con mis hermanos, disfrutábamos de tan
agradable compañía.
Ingresé en el Colegio el año 1955, año de mi Primera
Comunión. Mi profesor fue D. José Ayala, la clase estaba en el actual teatro,
que también lo era entonces. Después creo que pasé a D. Juan Zabala. Cuando
inicié los estudios de bachillerato, mi profesor en ingreso fue D. Julio
Trenas. Me gustaba su pedagogía, dividió al curso en dos equipos uno de romanos
y otro de cartagineses, los capitanes éramos mi amigo Juan Moreno (Juanito
Moreno) y yo. Era una clase competitiva y animada. Como anécdota allí empecé a
gustar el chocolate. A D. Julio se lo regalaban y él invitaba a todos los
alumnos. La clase estaba encima de la vieja cocina (daba al actual patio que
hay junto al Centro de Antiguos Alumnos).
Inicié el primer curso de bachiller en la clase que estaba
actualmente encima del teatro, subiendo las escaleras por el patio, la primera
puerta a la izquierda. Mis profesores: D. Juan Herruzo Díaz, para
Matemáticas y Lengua Española, yo era para él Paquito. ¡Qué alegría coincidir
con él de compañero en Villaralto! Aun mantenemos contacto telefónico de vez en
cuando. Ya que reside en Granada. D. Fernando Santiago Rodríguez,
entonces era clérigo, luego vendría a nuestro colegio como director, excelente
profesor de Geografía, con sus fichas en papelitos donde creo que todos los que
fuimos sus alumnos recordarán los once pueblos de Guipúzcoa: Irún, Rentería, Tolosa,
…
En segundo de bachillerato recuerdo a D. Manuel Villar del
Rey, destacaba su nota de espiral: 10+2.
Podría ir hablando de muchos profesores, para mí todos de
excelente recuerdo, los iré nombrando, a bote pronto: D. Antonio Martínez de
Haro, nos daba Religión, con su gracia trianera. Me ayudó mucho como
confesor y director espiritual, incluso me orientó para una posible vocación
salesiana. También alentó en mí el amor a María Auxiliadora. Yo cantaría
todavía ahora el “Salve Regina” en latín que repetíamos todos los sábados en la
“Sabatina”. D. Antonio Sánchez Delgado, director y luego prefecto, que
tanto nos facilitó para poder estudiar a todos mis hermanos. ¡Qué gran cariño
le tenemos! D. José Moyano Flores, salesiano de Hinojosa del Duque,
consejero y profesor de latín. A él le debo mucho. Aún sigo sus consejos. D.
Antonio Guzmán Venegas, catequista que procuraba mi vocación salesiana, me
llevó a la toma de sotana en San José del Valle. A las primeras misas al
teologado de Posadas. Allí conocí a nuestro querido D. Antonio Rides Romero,
que luego casaría a mi hermano pequeño en la Parroquia de Santa Teresa de
Córdoba. Fue nuestro guía en la visita a los salesianos de Posadas. D. José
Suárez Pérez, profesor de Física y Química, con una pedagogía lúdica que
tanto me ayudaría después en mi profesión. D. Miguel Raigón Córdoba,
montillano, entonces clérigo y posteriormente director en nuestro colegio. De
él aprendí los “corrillos” en Historia. D. Antonio Díaz González, le
decíamos el átomo, daba Química y era un gallego muy bajito. Como anécdota,
vigilando unos exámenes, se subió en una silla y ésta se rompió, imaginen… D.
Ángel Muñoz Calero, nos dio Matemáticas, aprendí por un tubo, no era salesiano,
el padre de nuestro compañero Luis Muñoz. D. César Fernández, padre de
nuestro querido misionero Antonio César, nos daba Francés y Filosofía. D.
Juan Torralba López-Obrero, profesor de Historia del Arte, ¡muchos cuadros
pegamos en un álbum!
Quiero recordar antes de terminar, los Ejercicios Espirituales,
que recibíamos todos los años. Estando en sexto de bachiller, vino para este
motivo D. Antonio Altarejos, el último día nos llevó por la noche al
arroyo Santa María, y nos sacó para invitarnos, una botella de vino. Allí
empecé a sentirme “mayor”.
Después estuve veinte años como profesor en la EGB, ese tema
lo dejaría para otra ocasión. Me he ceñido a cuando era niño y estudiante hasta
sexto de bachiller. Sería interminable la lista de salesianos que he conocido y
tratado en los veinte años como profesor.
Qué quedó para mí: un amor entrañable a Jesús en la
Eucaristía, a María Auxiliadora, a mis profesores y a la Congregación
Salesiana, a la cual siempre pido, por intercesión de María Auxiliadora, en el
quinto misterio glorioso del Rosario: “Te pido Señor, por intersección de tu
madre María Auxiliadora, por la Obra Salesiana en el Mundo”.
Un abrazo para todos. Mayo 2021.
Francisco Cabrera García (Paco
Cabrera)
Eso de los "corrillo" es cierto que le gustó y doy fe.
ResponderEliminarUn gran profesor y bonito recuerdo, espero que desde la Asociación sigan publicado esos RECUERDOS.