A continuación vino mi etapa universitaria y profesional por diversas
ciudades de España en las que sólo
tenía relación con los salesianos para asistir a la misa dominical, triduo de San Juan Bosco y novena a María
Auxiliadora, cuando podía. Pero en 1993 recalé en la casa salesiana de Málaga, San Bartolomé, como profesor y se reactivaron mis actividades
salesianas. Formé parte de la junta directiva de la asociación de antiguos alumnos
durante dos años por invitación de mi compañero
Antonio J. Luque Mata siendo
consiliario don Rafael Moreno Armenteros (q.e.p.d.) también conocido en
Pozoblanco, presidida por Antonio
Manuel Morales Gomila. Adjunto la única orla que conservo de los años 1993 a 1999 que estuve en Málaga. En esta foto se pueden
apreciar a tres antiguos directores de nuestra casa de Pozoblanco: don Francisco Villalobos Galiano, don Francisco
Carrillo Quero y don Félix
Martín Calderero.
En Málaga tuve como directores a don Francisco Villalobos Galiano (5
años) y a nuestro paisano
don Manuel Rubio Vaquero que me ayudó mucho en el único año que lo tuve como director (el último) del que
guardo un grato recuerdo y le estaré siempre
agradecido. Otros salesianos con los que trabajé codo con codo en la pastoral fueron
Juan Francisco Rubio García,
Miguel Ángel Moreno Nuño y Francisco Padilla. Además guardo un grandísimo recuerdo de don José María Narciso Núñez y
de nuestro paisano don Ignacio
Fernández, salesiano coadjutor, a quien todos los años le llevaba su hornazo de la Virgen
de Luna personalizado con su nombre,
como a Manolo Rubio, aparte
de otro más grande para toda la Comunidad.
Por indicación de otro santo, Juan Francisco Rubio García, me decidí a
animar a un grupo Vida cuyo núcleo
eran alumnos de mi tutoría y algunos más que no estudiaban en el centro. Tuvimos varias convivencias y
participábamos de otras actividades pastorales
del colegio. Incorporo foto de una de las convivencias en el parque
periurbano de Torrijos
(montes de Málaga).
También los acompañé como animador a los campamentos Vida-2 y Vida-3 en Campobosco. En la siguiente
foto de estos campamentos se puede apreciar
como animador al entonces
clérigo Juan Francisco Huertas Carretero y como animando a un jovencísimo Manuel del Rosal
Guzmán.
En este grupo Vida estuve como animador
hasta que me vine a Córdoba en septiembre de 1999, aunque fui a Málaga el día de la Inmaculada Concepción, a celebrar
su Confirmación siendo padrino de algunos componentes
del grupo.
Un hecho que guardo con mucho cariño
fue la visita del entonces
Rector Mayor don Egidio
Viganó con motivo del centenario de la presencia salesiana en Málaga (1894- 1994) con todos los alumnos del colegio.
Es un colegio con muchas unidades y la organización
de la visita de don Viganó fue una odisea. Adjunto foto de ese día (16 de junio de 1994) con el Rector Mayor y con
el entonces inspector, mi tío don Eusebio Muñoz Ruiz, al que también le estaré siempre agradecido.
También ese año del centenario asistieron a la novena de María
Auxiliadora, el entonces Obispo de
Málaga, Monseñor Antonio Dorado Soto y el cardenal salesiano Antonio
María Javierre Ortás.
Ese año de 1994 se celebró la ordenación sacerdotal de mi amigo y coetáneo, el salesiano malagueño
del barrio de Capuchinos, don Pedro Ruz Delgado, con el que compartí muy buenos momentos
de nuestra juventud
en los campamentos Luz-Vida. Además volví a ver a los demás compañeros de los campamentos.
Otro de mis recuerdos de Málaga fue el participar en un grupo que
formamos con Joaquín Martín
Callejas, compañero y amigo de los campamentos Luz y Vida,
además de compañero como profesor en la casa
salesiana de Málaga, y algunos amigos más. Se
llamaba “Grupo para la erradicación de las Nuevas Pobrezas Juveniles” que posteriormente se incorporó
a la Fundación Proyecto Don Bosco.
Ya en Córdoba, contraje matrimonio en el Santuario
de María Auxiliadora de Córdoba, Eucaristía presidida por mi tío
don Eusebio Muñoz Ruiz, y concelebrada por don
Antonio Rides Romero y don Manuel Rubio Vaquero. De este día no puedo añadir fotos ya
que no me ha sido concedido el permiso correspondiente.
En este curso actual 2020-2021, mi hijo Enrique está cursando el CFGM de
gestión administrativa en la casa
salesiana de San Francisco de Sales de Córdoba donde todo el profesorado se está portando con él
divinamente, por lo cual les estaré eternamente agradecido. Mi hijo se ha encontrado muy querido y va con mucha
alegría al colegio. En esta imagen
está con sus compañeros y algunos profesores en el altar que le han dedicado
a María Auxiliadora.
Con respecto a los Hijos de Don Bosco que están actualmente en esta
comunidad de Córdoba, me gustaría
nombrar al coordinador de pastoral, mi primo (aunque él me ha llamado alguna vez tío por la edad)
Francisco Javier González Cabrera; a Rafael María Heredia Alba, coetáneo mío y compañero de los campamentos
Luz-Vida (entonces le llamábamos Mariano y posteriormente se le conoce
como Rafama), y a nuestro paisano don Francisco Escribano
López que es quien me ha suministrado los calendarios de María Auxiliadora, aunque por la edad y las mascarillas no me ha reconocido y le he tenido que recordar el “grito de animación” que él nos decía en los campamentos Luz de Antequera: “Cristo nuestra Luz, y nosotros Luz de Cristo”. Últimamente he
asistido a dos funerales de
directores de Córdoba en mis tiempos de Luz-Vida, de don Miguel Raigón Córdoba, que también fue director de Pozoblanco, y de don Miguel
Aragón Ramírez.
Me da la sensación que me he pasado de líneas, pero me gusta recordar
datos, como también le sucede a don Manuel Rubio Vaquero,
circunstancia que ha quedado demostrada en su libro “Testigos del
Perdón”, que recomiendo totalmente a quien no lo haya leído.
Para finalizar quisiera expresar mi agradecimiento a todos los salesianos
que han pasado por mi vida y a todos
los demás miembros de la Familia Salesiana. Y quisiera recordar que la labor de un antiguo alumno es seguir con la
máxima de nuestro padre Giovanni
Melchor Bosco Ochienna (Don Bosco): ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. Que se nos note en
nuestro trabajo, familia y demás entorno, sin necesidad de tener que decirlo (aunque se diga). Tened en cuenta la
principal dedicación de San Juan Bosco con los jóvenes y en especial
a los más necesitados, dada la pérdida
de valores cristianos e incluso humanos que se
observa en algunos sectores de la juventud actual. Que sepamos transmitir estos valores
salesianos y cristianos a las siguientes generaciones.
Que nuestra madre María
Auxiliadora nos ayude en todo nuestro quehacer.
Un abrazo en Don Bosco:
Carlos Diego Moreno Moreno
(Antiguo Alumno Salesiano)
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