1º PREMIO CATEGORIA INFANTIL RELATO CORTO 2022: PATRICIA GOMEZ RUBIO

 

Las encinas que mataron al virus malo

Algunos fines de semana voy .al campo de mis abuelos, que esta cerca del Santuario de la Virgen de Luna. Es un sitio muy bonito porque hay hierba y muchas encinas que echan bellotas dulces. Todo huele tan bien que se respira muy sano. Un día mi madre me dijo que La Jara es como el bosque de los cuentos.

Desde entonces, imagino que por allí pasó Caperucita en busca del caminito que le conducía a la casita de su abuelita. A veces temo que el lobo se cruce en mi camino y me muerda. 


Cuando pienso demasiado en el lobo, cambio de cuento y me voy al de Blancanieves. En mi campo hay un cortijo pequeñito, casi derrumbado, en el que imagino que están las camas de los enanitos. Están vacías porque los diminutos estarán cortando leña de las encinas que se han caído. De las encinas cojo las bellotas aunque las que tienen agujeros no me gustan. Creo que pueden estar envenenadas por La Reina Malvada que  quería acabar con Blancanieves. Yo no soy Blancanieves pero las brujas también se meten con las niñas.


Los cuentos son muy bonitos aunque tienen paginas muy tristes. Lo mejor es que al final son felices porque ganan los buenos. Un día Tow Sawyer se escap6 de su casa para ser pirata en una isla llena de arboles. Creían que se había ahogado. Por eso cuando voy a un rio de mi Jara creo que allí estuvo, cerca del rio. 


En la cerca de debajo de mi campo hay un caminito estrecho que se parece al que recorrió Hansel dejando las miguitas de pan para señalar el camino de vuelta a casa. Cada vez que veo a un pájaro salir de un árbol pienso que es el pájaro que se comi6 las migas del cuento. A lo lejos, hay otros cortijos. Pienso en que alguno de ellos será el de la casita de Chocolate. También hay cerditos que no tienen casitas de ladrillo y de paja, pero comen las bellotas que caen al suelo. Están tan gordos que parece que van a reventar algún día. 


Hay un vecino que tiene ovejas y cabras como el cuento de los siete cabritillos. Sus madres no los dejan solos porque saben que los lobos los pueden matar si vienen. A mi me gusta el cabritillo chico que se escondió en el reloj para esconderse del lobo malo. Hay uno que salta mucho, es muy chiquito y se parece a él. 


Lo que mas me gusta es correr por el campo, entre los arboles, corro en circulo porque dicen que la tierra es redonda y da la vuelta al mundo. Un día quiero viajar mucho, igual que Willy Fog.


Yo creo que los cuentos necesitan a la naturaleza. Sin ella no existiría ni Caperucita, ni Blancanieves, ni los cerditos, ni Hansel y Gretel ni los cabritillos. 


Me gustaría hacer un cuento en el campo de mis abuelos. Los personajes de mi cuento seria mi familia. Ellos son los héroes que me defienden del lobo, de las brujas y de los monstruos del bosque. En mi cuento también estarían los animales: pájaros, conejos que salen de su escondite, cerdos, ovejas, cabras, vacas, caballos y perros. Todos viven felices. Yo no podría vivir sin animales. 


En ningún cuento hablaron del coronavirus. Ese si es un monstruo que no se ve pero que nos ataca. Los abuelitos están asustados y los niños también porque no queremos pegárselo. Por el campo puedo saltar y correr, hasta trepar por los arboles que son mas bajitos. En el cuento que yo escribiría existiría el coronavirus pero este moriría. ¿Sabéis cómo? Os lo cuento: 


Una vez hubo un bicho al que llamaron coronavirus. Era muy malo y asustaba a la gente. Nadie sabia coma había venido. Se  disfrazaba  con muchos  ropajes  invisibles  y par eso nadie lo veía, pero entraba en las casas e infectaba a la gente. Hasta que un día    alguien dio con la solución: si  nos vamos todos al bosque,  el  virus se estrellara  contra las arboles y morirá, las humanos podremos respirar mas profundamente y el virus no podrá entrar en el cuerpo.

Todos se fueron al campo, el virus se fue detrás. El virus se volvió loco allí, chocaba  contra las troncos y las ramas. Se respiraba tan bien allí que el virus no pudo propagarse. Entonces los médicos y los expertos llegaron a la conclusión de que el virus solo puede sobrevivir en sitios en los que no se puede respirar bien. En los campos con encinas el virus se muere. Por eso es tan importante conservar nuestra  dehesa.

  

COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO


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